Hace un tiempo no muy lejano; hará cuestión de un poco más de un mes, hice una promesa muy importante a alguien, y con el pasar de los días y las experiencias, esa promesa se convirtió en una promesa personal, en algo que debía cumplir pero para mí.
Ayer la cumplí, y no me arrepiento ni un momento de haberlo hecho, porque al estar en ese lugar y presenciar ese momento tan especial, me di cuenta de que no me hubiese perdonado nunca el no haber estado.
Desde hace mucho pienso que las cosas suceden porque deben suceder, y mi presencia en ese lugar, en ese momento y con esa persona, a pesar de no haber estado preparada, calculada e inclusive no haber sido invitada; fue oportuna, y hasta me atrevo a decir que necesaria.
A esa persona no tuve la oportunidad de decirle todo lo que sentí y pensé, pero creo que mi acción bastó para hacerle llegar mi mensaje. Y a pesar de que tampoco me dijo algo al respecto, su mirada me agradeció como nunca antes.
A esa mirada le digo: de nada, para eso estamos los amigos. A pesar de nuestas diferencias (e indifirencias) no podía dejarte en un momento tan importante para tu vida. No imaginas la emoción y el orgullo que me recorrió el alma al verte allí, haciendo tu sueño realidad. Presencié el inició de tu exito, y con eso me retiro tranquila. Ya no tengo nada más que buscar o hacer con respecto a ti, pero sabes que siempre contarás conmigo cuando lo necesites. Esta mañana, con esa despedida tan simple se cerró este turbulento ciclo, el cual me dejó mucho. Tal vez esto suene a despedida, lo cual no me agrada (y espero que a ti tampoco), pero te deseo todo lo mejor, siempre recuerda la tolerancia y la paciencia y NUNCA dejes que alguien te haga dudar de tu talento, integridad y decisiones. Hasta quien sabe cuando, y nos veremos en el camino.
Ayer la cumplí, y no me arrepiento ni un momento de haberlo hecho, porque al estar en ese lugar y presenciar ese momento tan especial, me di cuenta de que no me hubiese perdonado nunca el no haber estado.
Desde hace mucho pienso que las cosas suceden porque deben suceder, y mi presencia en ese lugar, en ese momento y con esa persona, a pesar de no haber estado preparada, calculada e inclusive no haber sido invitada; fue oportuna, y hasta me atrevo a decir que necesaria.
A esa persona no tuve la oportunidad de decirle todo lo que sentí y pensé, pero creo que mi acción bastó para hacerle llegar mi mensaje. Y a pesar de que tampoco me dijo algo al respecto, su mirada me agradeció como nunca antes.
A esa mirada le digo: de nada, para eso estamos los amigos. A pesar de nuestas diferencias (e indifirencias) no podía dejarte en un momento tan importante para tu vida. No imaginas la emoción y el orgullo que me recorrió el alma al verte allí, haciendo tu sueño realidad. Presencié el inició de tu exito, y con eso me retiro tranquila. Ya no tengo nada más que buscar o hacer con respecto a ti, pero sabes que siempre contarás conmigo cuando lo necesites. Esta mañana, con esa despedida tan simple se cerró este turbulento ciclo, el cual me dejó mucho. Tal vez esto suene a despedida, lo cual no me agrada (y espero que a ti tampoco), pero te deseo todo lo mejor, siempre recuerda la tolerancia y la paciencia y NUNCA dejes que alguien te haga dudar de tu talento, integridad y decisiones. Hasta quien sabe cuando, y nos veremos en el camino.
2 comentarios:
es que tú lo quisiste así.
y llegado su momento lo deseaste con fuerzas y lo incorporaste en el inconciente.
y a su debido tiempo has cumplido la promesa.
espeo hayas sentido satisfacción en el cumplimiento de tu deseo.
un abrazo
ya publiqué la 4ta parte del poema 4 formas
Fausti.
Gracias por tus palabras en mi blog.
Me encantó conocerte, estoy feliz de que vengas seguido y poder vernos mucho!
Te entiendo, tenemos mucho en común, sabes? también necesito cerrar ciclos, tal vez por eso el viaje que voy a hacer, si dios quiere, un besote. Hablamos luego.
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