No solo de realidad debemos estar hechos. A veces las emociones deben aflorar para recordarnos que somos humanos
viernes, 23 de diciembre de 2011
Resumen del 2011
sábado, 12 de noviembre de 2011
A propósito del cumpleaños de mi papá y la inteligencia emocional
Hoy mi papá llegó a los 77 años, afortunadamente lleno de salud y lucidez.
Y lo que tampoco ha perdido es la increíble capacidad de pasar de la serenidad y tranquilidad, a la más terribles de las "arrecheras" (extremo mal humor).
Mi viejito, tan lindo como siempre conmigo, se armó una de sus acostumbradas conmigo justo antes de su cumple. Menos mal que aún no existe botella de whisky que no lo haga sonreír.
Su episodio de furia, me hizo recordar la casi inexistente inteligencia emocional que posee. Es una lumbrera en muchos aspectos, pero en las emociones tiene cero.
Cito de Don Daniel Goleman, difusor de la IE:
" El termino inteligencia emocional se refiera a la capacidad de reconocer nuestros propios sentimientos, los sentimientos de los demás, motivarnos y manejar adecuadamente las relaciones que sostenemos con los demás y con nosotros mismos. Se trata de un termino que engloba habilidades muy distintas-aunque complementarias-a la inteligencia académica la capacidad exclusivamente cognitiva medida por el cociente intelectual..."
Weisinger expuso, tomando como referencia a Peter Savaloy y John Mayer, los cuatro componentes y habilidades básicas de la IE:
1. La capacidad de percibir, valorar y expresar emociones con precisión.
2. La capacidad de poder experimentar, o de generarlos a voluntad, determinados sentimientos, en la medida que faciliten el entendimiento de uno mismo o de otra persona.
3. La capacidad de comprender las emociones y el conocimiento que de ellas se deriva.
4. La capacidad de regular las emociones para fomentar un crecimiento emocional e intelectual.
Según esto, mi viejo no tiene la capacidad de saber cuando, como y donde expresar sus emociones. Le tiende a tragarse TODO lo que siente, a cargar con culpas ajenas, y a pretender que todo está bien, y que está en total control de lo que siente. Pero cuando le pasa una mosca volando por el frente, explota tal cual bomba de Iroshima (con hongo nuclear y todo).
Resumiendo, mi papá casi arruina su cumpleaños por un BRUTO emocional.
Lastima que por ahí andan unos cuantos que son igualitos.
viernes, 28 de octubre de 2011
28 de Octubre
Hoy es el gran día.
Comienzo lo que hace años debí haber comenzado; mis estudios formales en gastronomía. Siempre he sabido que este es mi camino, y se que tendré éxito. Por fin seré quien en gran parte soy, y me podré expresar de la manera que siempre he soñado.
Y hoy por fin hago cierre de los últimos 3 años de mi vida que, a la final, no dejaron nada. Y lo celebro con el cociertazo de Franco que no quiso venir a ver, y la botella de misiones que no se quiso tomar. Hoy, finalmente, te terminas.
lunes, 10 de octubre de 2011
lunes, 19 de septiembre de 2011
19 de Septiembre
“La mayor cobardía de un hombre es, despertar el amor de una mujer, sin intención de amarla.”
Bob Marley
sábado, 27 de agosto de 2011
Ya falta poco!!
domingo, 14 de agosto de 2011
Algo de Franco
domingo, 17 de julio de 2011
Una fracción de Liz
martes, 5 de julio de 2011
Hoy, hace un año...
lunes, 27 de junio de 2011
Someone like you
lunes, 13 de junio de 2011
Algunas palabras para ti
lunes, 23 de mayo de 2011
Bibo No Aozora
jueves, 5 de mayo de 2011
The mean girl they see in me
jueves, 21 de abril de 2011
Con un poco de nostalgia
No me queda más que recordar.
miércoles, 6 de abril de 2011
Un poco de novela
sábado, 26 de marzo de 2011
De mi relación con la capital
miércoles, 9 de marzo de 2011
Confesiones de una mala mujer
Este relato está inspirado en las cientos, o tal vez miles de conversaciones con diferentes mujeres a lo largo de mis 29 años. Confesiones que me hicieron, y confesiones que algunas veces hice.
No ha sido la noche especial que esperaba. Aunque nose porque sigo esperando a que alguna lo sea.
Fue el mismo show: una llamada, un encuentro, alcohol y un polvo satisfactorio, más no memorable; voltearme, vestirme e irme. ¿El mejor momento de la noche? Cuando me acosté sola en mi cama.
Dejé de llevar la cuenta de cuantas veces a sucedido lo mismo, y cuantas veces he experimentado el mismo vacío. Ese vacío que persigue a las malas mujeres, como yo.
Si, he sido una mala mujer y durante mucho tiempo. Cumplo con las tres características básicas: Promiscua: Si. Egoísta: Muchas veces. Sola: Siempre…
Confieso que la norma social de castidad impuesta a las mujeres, me fastidia. Acepto que hombres y mujeres no somos iguales, y no lo seremos. Pero cuando se trata de placer, tenemos el mismo derecho a buscarlo, y obtenerlo.
No voy a negar que he roto la norma, y la moral la engaveté en más de una oportunidad. Por momentos dejé de pensar en el no le hagas a los demás lo que no te gustan que te hagan. Es cierto, nose hace; pero a veces me ha sido difícil no… Mentira! No me ha dado la gana de pararle bolas. Otros engañaron a sus parejas conmigo, y me lo gocé.
Aunque aquella noche de septiembre cuando me encontré con él, mi concepto de lo incorrecto cambió. Cuando me desperté a su lado y lo sentí, me dieron ganas de seguir sintiendo lo mismo todos los días. Creo que estaba… feliz; si si, lo estaba. Inclusive, cuando lo escuché hablando por teléfono con ella, no me importó, no me molestó, no me incomodó (bueno, un poquito).
Pero a las malas mujeres la falsa idea de la felicidad nos dura poco. Fue con ese maldito mensaje erróneamente enviado que la realidad me dio un golpe directo a la quijada. Estaba metida en el medio de algo que no era mío, que no me pertenecía. Estaba evitando que una pareja correctamente establecida disfrutara de un fin de semana romántico. ¿Por qué lo estaba haciendo? ¿Qué me pasaba? ¿Por qué ahora me importaba hacerle daño a otra?
Allí fue que entendí que una mala mujer nunca será la primera, nunca será tomada en serio. Estamos para complacer, no para ser complacidas. Yo nunca iba a ser tomada en serio. Una mala mujer no obtiene el titulo de “señora”, o de “la principal” Ella no tenía la culpa, no la tiene. No tengo porque hacerle daño. Ella se ganó su título, y él la escogió como compañera de vida.
Una mala mujer, nunca será suficiente para ningún hombre aunque este diga lo contrario. No es cierto que tengamos todo, ni que seamos espectaculares, ni que llegaremos a tener el mundo a nuestros pies. Una mala mujer no basta, no es lo que un hombre quiere. No se enamoran de nosotras. Nadie se enamora de las malas mujeres. No lo merecemos. Yo no lo merezco.
Una mala mujer se conforma con las pocas horas disponibles del hombre. Se conforma con la clandestinidad, y con los gestos diplomáticos en público. Se conforma con sonreír, gozar y entregarse en la intimidad, y pretender que todo es perfecto; y las lágrimas las contiene. Se conforma con esperar una llamada o un mensaje, y a tragarse las ganas de saber de él. Las malas mujeres se conforman con amar y no ser amadas. Una mala mujer se conforma con ser la otra, siempre.
Y cuando no se conforma, una mala mujer se queda sola.
Confieso que me enamoré, y que después de tanto tiempo seguí creyendo, y seguí sintiendo. Pero no me conformé. Y aquí estoy, sola, como siempre…
Confieso que he sido una mala mujer, pero me cansé de serlo.
domingo, 27 de febrero de 2011
¿Qué es la paz?
jueves, 17 de febrero de 2011
Otro año más
Hoy estoy llegando a los 29 años. Me veo de 23 y me siento de 40.
Tengo lo básico, he conseguido lo básico. Pero nada extraordinario. Para este día, y esta edad pensaba que iba a estar comiéndome el mundo. No tengo el trabajo exitoso y reconocido con el que siempre he soñado, me lo arrebataron de las manos. No tengo grandes bienes materiales (entiéndase carro o vivienda propia), y por supuesto la independencia es casi una utopía. Tengo casi 30 años y tengo que pretender que no siento y no quiero. Ando mendigando amor cuando se suponía que para este día, y a esta edad estaría celebrando dichosa con mi compañero de vida y probablemente mi hijo o hijos.
Hoy que es un día para celebrar, tengo que trabajar doble turno para poder tener un ingreso extra, y para pagar la tarjeta de crédito que llegó al límite por un gasto imprevisto. Y por esto no puedo irme a cenar con mis viejos. A parte tengo una reunión donde se que me dirán que prontamente me quedaré sin trabajo, y con la buena situación de este país… Y para colmo, no tengo quien me saque a comer o me invite un helado, o un trago, o simplemente me lleve a dar una vuelta. Nadie quien me de un regalo tonto, o una flor, o un dulce. No lo tuve en San Valentín, y no lo tendré hoy (él ya tuvo su San Valentín y su cumpleaños, y su aniversario, y su navidad y su año nuevo y su todo con quien debe). Parece que estoy quedando por fuera de muchas ecuaciones.
Así que no tengo ganas de celebrar, no tengo motivos, no tengo dinero, no tengo gente y no tengo tiempo.