Hoy en mi país es un día de celebración. Doscientos años de la declaración de independencia, aunque en los últimos doce años no se ha practicado mucho... Pero eso es algo de lo que no quiero hablar.
Hoy celebro, a parte del bicentenario, la recuperación completa de mi amigo Wal. Hace un año sufrió un terrible accidente mientras trotaba en un parque conocido como "la vereda del lago". Recuerdo que yo estaba en la piscina ese día, relajándome; y la noticia me llegó días después por facebook donde vi una foto de él en una camilla de hospital.
Lo fui a visitar como a las tres semanas en su casa. Allí me contó que mientras entrenaba en un sector donde no se permite el tránsito vehicular en el parque antes mencionado, una mujer inconsciente enseñaba a su hija a manejar, esta perdió el control de la camioneta y le chocó por detrás. El describe segundo a segundo lo que sintió y como fue. Yo les resumiré el asunto en que fue horrible y prácticamente le desprendió el pie derecho de la pierna. Los pronósticos del médico no fueron lo más alentadores, podía recuperarse pero tardaría más de un año para caminar, y no se sabía si podía volver a trotar y correr como antes.
Yo me sentí destrozada, no podía creer que el hombre que desde que lo conozco había demostrado tanta fuerza, valentía y decisión en cada aspecto de su vida, iba a perder la capacidad de hacer lo que más disfrutaba. El, al contrario, se mostró optimista y sonriente. Me dijo que no iba a esperar un año para caminar, lo haría en menos tiempo. Y así fue. A los cuatro meses estaba en muletas y ya apoyaba el pie, a los seis meses estaba en bastón, y a los ocho o nueve meses ya estaba caminando sin casi dificultad.
Hoy, terminó la vuelta que hace un año no pudo con toda su capacidad, como si nada hubiese pasado.
Wal: como te he dicho en varias oportunidades, me siento más que orgullosa de ti. A pesar de haberme asustado al principio, nunca dude de que lograrías tu recuperación por completo. Eres el único ser que conozco que es capaz de lograr lo que se propone de corazón, cuando de verdad lo desea. Eres una fuente de inspiración para mí, y modelo a seguir. Agradezco enormemente el día que nos encontramos, porque así debía ser. Te considero mi amigo, mi hermano, mi angelito de la guarda y mi familia. Te re-amo, y espero seguir contando con el honor de tu cariño y comprensión (y regaños), a pesar de las distancias que en algún momento nos separen geográficamente.
Gracias por enseñarme (a diferencia de otros) que si se consigue todo lo que verdaderamente se quiere.
P.D: ¿ya compraste los anillos?
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