AL FIN SOY UNA CIUDADANA ACTIVA

Nunca había sido fanática de participar en acciones que tuviesen un tilde político; no porque no crea en la política, sino porque no le veía la funcionalidad al asunto. Pensaba (hasta ayer) que poder puede tener un individuo X en un país donde los poderes están totalmente controlados por el Estado, y la figura máxima quien es el Presidente se pasa las leyes por partes de su anatomía que no mencionaré acá (por ahora...).

Pero precisamente ayer, tuve una como una especie de revelación o despertar o de iluminación, y esa venita de justicia social que siempre he tenido se me alborotó en exceso gracias a un grupo pequeñito, pero bien nutrido, de personas que están buscando un cambio a la situación actual; y que están 100% convencidos de que su voz vale y genera reacciones significativas en su entorno.


Nos hacemos llamar "La Gente de la Plaza", y nos reunimos los martes en la nochecita para discutir, exponer opiniones y crear estrategias que conlleven a la restauración de la democracia tal y como debe ser. Somos poquitos, creo que no llegamos a 15 personas. Pero tenemos la firme intención de ayudar a los demás a experimentar ese despertar que yo tuve.

Finalmente, me siento comprometida y obligada a hacer algo por mi país, por mi gente, por los niñitos con quienes trabajo, por los que están por venir, POR TODOS. Finalmente entendí que no puedo esperar a que los demás resuelvan mientras me quejo sin cesar. Yo también TENGO y DEBO hacer. Y finalmente me di cuenta que el tamaño de mis acciones no es lo más importante, es mi acción en si.

Por ahora el grupo se está formando, estamos trazando estrategias y es divertidísimo escuchar diferentes ideas para participar y hacernos sentir. He conocido gente inteligentísima y preparadísima que me hacen sentir TAN TAN como lo son ellos. Y además, soy la más joven del grupo (con mis 27 añitos), y eso a ellos les emociona profundamente porque sienten que aún hay esperanza.

Ahora puedo entender mucho más a Euchy, y todas las cosas que ha sentido. Y la admiro y respeto aún más al ver todo lo que ha tenido que pasar. Pero ese sentimiento mezclado con emoción y vocación es prácticamente imposible de callar una vez que grita dentro de ti.

Estoy feliz, a pesar de andar sin un céntimo en la cuenta, no tener para ir a ver a mi tía que se va un año fuera del país, y sacar cuentas minuciosamente para ver si logro irme a Panamá a visitar a mi amigo Juan Daniel por unos días.

.... Oh si..... ESTOY FELIZ