No te voy a negar que soñé y disfrute. Viví lo invivible, apenas probé aquel sabor que solo yo guardo tan celosamente en mi mente. Te creí ÉL. Pero como siempre he dicho, tanta cosa buena no puede ser verdad.
Ahora recuerdo, y me parecen tan sin sentido las horas que te hablé, que te pensé, que te soñé, y que te adoré. Entre solo respirar y telepatía, musica con gotas de mi alma, quedó un color negro muy profundo que ni quien me acompaña en este momento ha conseguido iluminar. Dejaste miedo y cero ganas de volver a intentar.
Te vuelvo a reprochar sin que me quede nada por dentro tu cobardía, el no arriesgarte sabiendo lo que había, el refujiarte en tu pequeña burbuja llena de labores, visitas, comidas y buena vida; la cual no podía ser sacrificada en un minimo aspecto, y donde yo si podía adaptarse a tu tiempo-espacio y capricho.
No te guardo rencor, solo conservo de ti una imagen llena de tristeza. Y con esa misma tristeza te confieso también que aún te extraño, y que sigo encontrandote en los detalles.
Te creí ÉL aquella noche que dije abrazada a ti "quedate conmigo"
¿Lo recuerdas?
1 comentario:
me robastes una lagrima
cuanta afinidad siento con este texto
vengo llegando de una semana que abandone el mundo y me fui lejos para sanar algo parecido
solo puedo decir que me sirvio mucho...
espero que sane el tuyo pronto tambien
saludos y un abrazo gigante para ti!
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