Desde hace un poco más de un año comencé esta especie de competencia que no me hace bien. Ya gané mi primer campeonato lleno de altos y bajos y estoy trabajando duro para alcanzar el segundo. Pero cuando recuerdo que tengo que vencer a la máxima ganadora con ocho campeonatos y una trayectoria impecable, siento que jamás lo voy a lograr.
Para completar, saber que todavía esa máxima ganadora sigue dando asesorías a pesar de ya no competir más, me descompone. Siento que el presidente de la federación me compara constantemente con esta vieja competidora.
Y eso, es algo que no puedo controlar, y me destroza.
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