Desde hace un poco más de un año comencé esta especie de competencia que no me hace bien. Ya gané mi primer campeonato lleno de altos y bajos y estoy trabajando duro para alcanzar el segundo. Pero cuando recuerdo que tengo que vencer a la máxima ganadora con ocho campeonatos y una trayectoria impecable, siento que jamás lo voy a lograr.
Para completar, saber que todavía esa máxima ganadora sigue dando asesorías a pesar de ya no competir más, me descompone. Siento que el presidente de la federación me compara constantemente con esta vieja competidora.
Y eso, es algo que no puedo controlar, y me destroza.
No solo de realidad debemos estar hechos. A veces las emociones deben aflorar para recordarnos que somos humanos
domingo, 25 de octubre de 2015
lunes, 5 de octubre de 2015
ver SI o ver QUE?
Volver a ir a misa no fue fácil, pero hacerlo me ha ayudado a responder muchas interrogantes que se metían en mis pensamientos desde hacía un tiempo.
El sábado pasado me encontré que el tópico a tratar era la pareja y el amor, y me impactó tanto que tuve que regresar a este empolvado espacio a escribir sobre ello.
Como ya he mencionado de una manera no tan explicita, estoy en una relación con un hombre maravilloso desde hace más de un año. Debo reconocer y agradecer que nuestra unión fue obra de Dios porque no tengo explicación para lo perfecto que todo se fue dando. Y como toda pareja joven, tenemos la intención de emigrar hacia otras latitudes en búsqueda de una mejor calidad de vida.
Pero allí viene la parte no tan perfecta ¿Cómo nos vamos, solteros o casados? ¿vamos a vivir juntos? ¿Y si nos va mal? ¿Estamos así de enamorados? Estas preguntas nos invaden frecuentemente (más a él que a mi), y aún nos encontramos hablando, pero no hablando del asunto. Yo estoy segura de irme con él, pero a él la idea de la convivencia lo inquieta profundamente. A mi me inquieta más lo que sucede ahora mientras seguimos viviendo en este país. Me inquieta que él no se decida y yo me termine yendo sola, me inquieta la(s) perra(s) que lo rondan y más me inquieta la "ingenuidad" con la que él percibe la situación. A ambos nos inquieta el llegar a descubrir eso que no nos guste del otro y que no podamos tolerar.
Con esto no estoy diciendo que nos vaya mal, al contrario, nos va muy bien. Pero el reloj sigue andando y las oportunidades escasean asi como la calidad de vida y sentimos esa fea presión por la cual nos hemos dejado afectar un par de veces.
A todo esto que nos pasa, obtuve una respuesta muy clara y reconfortante: "los novios no pueden ir al altar para VER SI resulta el amor. Sino para VER QUE el amor resulte" Con esta frase comprendí que él tiene motivos validos para sentirse como lo hace, y yo debo conversar y comunicar lo que me incomode. Porque lo que más de deseo es VER QUE nuestro amor resulte. Mientras ambos nos respetemos y demos lo mejor que hay en nosotros, no tengo duda que llegaremos a ese punto donde no habrá más inquietudes; sea aquí en Venezuela, en Chile, en Colombia, en Alemania, o donde el Altísimo tenga a bien colocarnos.
Nota: Te amo profundamente. Eso no lo dudes, ni hoy, ni mañana, ni lo que te reste de vida. You're the one for me. Let me be the one for you.
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